«Mmmm, mmmm, mmmm, mmmm» – La canción más deprimente del mundo dice mucho más de lo que piensas | AIAEM Radio
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«Mmmm, mmmm, mmmm, mmmm» – La canción más deprimente del mundo dice mucho más de lo que piensas

La canción «Mmmm, mmmm, mmmm, mmmm» (no es coña, se titula así), fue creada y cantada por un grupo de rock canadiense que se llama Crash Test Dummies. Pertenece a su disco «God shuffled his feet» (1993) cuya traducción viene a significar algo así como «Dios barajó sus pies» (para mi gusto, un título un poco raro, pero ¡SÍ!, así sería su traducción).

La canción ha sido calificada como «la más deprimente de la historia de la música». Pues, razón no le falta. Pero, …, aunque lo sea, trae bajo el brazo un contenido que es digno de comentar y analizar.

Os vamos a compartir el videoclip. ¡ATENCIÓN, QUE VIENEN CURVAS!

 

 

A la vista está que es deprimente, triste y,…, aunque cueste creerlo…, ¡pegadiza!. No hay más que escuchar su ritmo y repetirlo para comprobarlo.

Pero, resulta que viene con un contenido que consigue dos cosas:

1º) Llegó a consolidarse como un clásico del rock contemporáneo, aunque también, se consolida como un éxito del antirock contemportáneo (que contradicción). Es como dirían Les Luthiers en su espectáculo «Luthierapia»: «De ese modo, a la sorpresa incial del calificado auditorio, Mastropiero fue reputado de inculto y, a su vez, fue reputado por todos. Este error le cerró a Mastropiero la puerta de los círculos filosóficos. Pero, a su vez, le abrió un enorme prestigio en las bailantas».

y 2º) Es una canción para valientes y denunciar el acoso en los niños, mostrando los miedos de cada uno a sus padres, mientras les lanzan una advertencia. 

Como el primer factor es muy evidente, aunque extraño en sí, vamos a desarrollar el segundo.

La historia nos lleva a una sala de teatro, situada dentro de un colegio, en la que se va a representar una obra de teatro, los espectadores son los padres, la orquesta que pone la música es el grupo Crash Test Dummies y,…, los niños son los actores. Vemos en él que el grupo cuenta las historias mientras que los niños la representan. Éstas son tres:

1º) Un niño que al ir al cole, sufre en el coche, junto con sus padres, un accidente. Con suerte, el niño sale vivo y puede volver a la escuela pasado un tiempo. Pero, al volver, el niño se encuentra con que su pelo pasó de ser negro a ser blanco. 

2º) Una niña, al cambiarse con sus amigas en el vestuario del cole, le descubren que tiene marcas de nacimiento. Como dato curioso, esta NO se muestra como tal debido a que se accede al recurso de la niña que venía con un vestido blanco de época, tres detectives buscando las marcas, ambientándolo todo en un jardín de una casa al estilo de Sherlock Holmes. Curioso recurso, me parece a mí. 

Aquí, vendría el puente en el se que advierte que estos dos primeros casos son como «una cagarruta de paloma» (homenajeando a «Verano Azul» en su segundo capítulo «No matéis mi planeta, por favor») en comparación con el tercero que está a puntito de contarse. Y, esta es la más fuerte ya que habla de lo siguiente.

3º) Un niño está siendo obligado a ir, después de clase en el colegio,  a la iglesia donde, según parece, sus padres «se tiraban y removían en el suelo» (traducción metafórica de practicar sexo).   

Como véis, son tres historias truculentas que se cierran cada una con la onomatopeya «Mmmm, mmmm, mmmm, mmmm» en el estribillo (que da lugar al título de la canción).

Como dato curioso de esa onomatopeya, y abriendo paréntesis, se usa con otra intención más romántica en la canción española, de género hablado,  «Todo el tiempo del mundo» de Manolo Otero. ¡Mirad, en los estribillos, en donde él se pone con el «Mmmm» cantado con el ritmo!

 

 

Paréntesis hecho, volvamos a la canción que nos ocupa.

Aquí, la onomatopeya «Mmmm, mmmm, mmmm, mmmm» es como si fuera un reclamo a los padres para que vean ¿por qué sus hijos están siendo marcados de por vida?, además de para que presten atención porque todo lo relacionado va a tener un desenlace fatal tirando a reflexivo (es decir, que se reserva la peor sorpresa para el final).

Y aquí viene la revelación: ¿puede que el grupo Crash Test Dummies, dentro de este videoclip, fueran los profesores de los niños que hacen la función? Pues, la verdad es que, así se puede interpretar en el videoclip, porque conocen los tres casos a la perfección. Por ello, SÍ son sus profesores.

Pero…, ¿y si resulta que dos de las historias que se cuentan son ficción y la restante es la real? Si os fijáis, en los dos primeros casos, los padres de ambos niños y el público se ríen (como si fuera una obra de teatro en sí, que lo es, y suenan muy extrañas, teniendo en cuenta los componentes fantásticos que las rodean). Y en el tercero, NO hay risas que valgan porque el caso es más real de lo que se piensa.

Eh aquí las tres conclusiones que saco:

1º) El tercer niño (el de la iglesia) les cuenta a sus buenos amigos (los de la función de teatro) y a los profesores (el grupo CTD) este caso. Por ello, para ayudarle a mostrar ese miedo, esa humillación, y hacer que los padres recapaciten y reflexionen, deciden montar entre todos esta obra de teatro que mezcla ficción (en las 2 primeras) y realidad (en la última). 

 

2º) La evidencia que dice «A veces la realidad supera a la ficción» aquí se cumple a la perfección. Las dos primeras desgracias, si os fijáis, tienen una puesta en escena de corte fantástico, mientras que en la tercera, se muestra la realidad, aunque metafóricamente con un baile en la iglesia y el niño sufriendo ese baile. Como véis, este metaleguaje es la puntita real, preparada por los dos anteriores casos. 

 

3º) La advertencia: «ten cuidado con lo que haces porque puede afectar tanto en tu reputación como en la de los demás». En este caso, va enfocado a los niños, convirtiéndose en una canción antibullying con el objetivo de hacer que los ellos sean valientes a la hora de contar sus problemas para hacerles fuertes y ayudarles a superarlos (de hecho, es lo que al final de la obra se cuenta y/o se celebra).  

 

Así que, aún siendo el tema más deprimente de la historia de la música, contiene un mensaje para el futuro y, sobre todo, para prevenir el acoso escolar (aunque podría aplicarse a algún otro tipo de acoso, también). Pero, en este caso es el acoso escolar. Y, por otro lado, advierte a los padres diciéndoles que tengan cuidado con lo que enseñan a sus hijos porque podría volver a recaer sobre ellos, de una forma u otra.

Si duda alguna, es un mensaje que, a la par que triste, es esperanzador. Todo lo consigue la melodía (la música) ya que ella, a su vez, contiene una de las secuencias de notas pertenecientes al grupo «Los acordes de la esperanza».

 

 

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