22 Nov ¡Hasta siempre, maestro!

La primera canción que escuché de él fue una reversión de su «Yo no te pido» que hizo Miguel Ríos con él, mano a mano, para su disco «Querido Pablo». Esa canción se la cantaba a las chicas de mi clase, en el colegio y, bueno…, NO tuve suerte. Pero, lo intente.

Luego, a mi vida, llegó, incoscientemente, la canción «De qué callada manera» que, originalmente, fue un poema del poeta Nicolás Guillén, al que puso música Pablo, y que lo cantó a dúo con Ana Belén en ese disco también.

Quizás esas dos primeras canciones me abrieron a conocer al que, posiblemente, fuera uno de los mejores cantaautores cubanos de la historia.

Temas como «Pobre del cantor» o «Cuanto gané, cuanto perdí» me hicieron mejorar en bromas y darme cuenta de todo lo que había en mi vida.

Luego llegó el temazo por antonomasia «El breve espacio en que NO estás» que lo conocí por la reversión a duo con Silvio Rodríguez a través de mi madre. Muchos de mis compañeros me consideraban un romántico empedernido.

En el curso 2008 – 2009, mi primer año de universidad, tuve la suerte de ver a Pablo Milanés en un concierto de él, en el Teatro Calderón de Madrid. Para mí, fue emocionante.

Más adelante, para un libro que estoy escribiendo, encontré otra canción titulada «Yo pisaré las calles nuevamente» en un documento de video del programa «Sorpresa, Sorpresa». Me impactó mucho esa canción.

Quizás, con estas canciones conformé una parte romántica de mi ser. Ahora, con tantas enfermedades que tuvistes en estos últimos años, te nos vas y nos dejas huérfanos.

Mis respetos, abrazos y ánimos a tí, a tu familia, a tus amigos (ya sean personales o artistas). Yo llevaré tu música conmigo y pienso homenajearte como te mereces. Mis respetos, maestro Milanés.

¡Hasta siempre, «Querido Pablo»! Descansa en paz. Aquí, llevaremos tu música y tus pensamientos siempre.