16 Dic Angy Fernández – Carta de mí para tí

Estimada Angy:

Me llamo Víctor Moratalla y soy director de esta radio que, ahora, en estos momentos, estás surfeando  y que, además, se llama AIAEM Radio.

La noche del miércoles 15 de diciembre de 2021 al jueves 16 de diciembre de 2021, es decir, anoche, me pilló por casualidad el programa de Risto Mejide «Todo es verdad» y, en él, me llamó la atención ver que estabas tú.

Además de conocerte por gran parte de tu carrera, a tí, te conocí personalmente, más o menos, la noche del domingo, dentro del concierto de Hotel Flamingo mientras cantabas «Los momentos melodias». En un momento, te acercaste a Rosco a despedirte y preguntaste que si había sonado bien la canción (no solo a él, también a mí me planteaste la cuestión) y, aún siendo un momento fugaz, os contesté que veía potencial  en ello para regrabarlo para el disco. Créeme, ya se lo he comentado a ellos y…, sigo manteniendo firme mi posición de que veo muchísimo potencial para grabar esta versión en el disco.

Casualidades de la vida, también, que hayamos nacido en el mismo año 1990. Eso quiere decir que tenemos la misma edad (31 años). Si que es sorprendente.

Por otro lado, sé que hace mucho tiempo protagonizaste «Física o Química» y, en ella, coincidiste con una actor al que, casualmente, también conocí siendo yo un semienano. Me estoy refiriendo a Gonzalo Ramos, que en el curso del 2005 fue protagonista de un cortometraje llamado «Lucía» (en el que yo participé) y de un largo titulado «El Guardavías» producidos los dos por la escuela Orson The Kid. Coincidí con él en este curso 2004 – 2005, por eso participé en el corto de «Lucía». La vida es un pañuelo, ¿no?.

Pero, notas curiosas aparte, me alegró verte en ese programa de «Todo es verdad». Aunque, cuando leí el motivo de ¿por qué estabas allí, esa noche? me quedé impactado y estuve viendo la entrevista hasta cuando pude.

Te seré sincero. Nunca había imaginado que hubieras tenido depresión y problemas mentales. Y, el poder contarlos, explicarlos y comentarlos con libertad y respeto, en la televisión (un medio que, últimamente, puede tergiversar la realidad y hacer mucho daño a los espectadores), no sabes lo valiente y fuerte que te ha hecho. Ayer, pude conocerte un poquito más, aún siendo a distancia, y me quedé alucinado cuando comentaste todo esto.

Aún así, esta carta es para contarte que yo, también, durante mucho tiempo, tuve un montón de mal rollo y estuve fastidiado con muchas movidas personales que atormentaban mi cabeza. Suerte que pude sobrevivir a todo gracias al apoyo y cariño de mi familia, de mis amigos, de mis profesores (tanto de colegio, como de instituto y universidad) y de mis psicólogos. Todos ellos me han ayudado a orientarme (y es cierto que el camino NO ha sido fácil). Pero, con todas las guías y ayudas que me han ido dando, puedo comentar que he luchado por salir adelante consiguiendo desprenderme de todo ello.

Es cierto que he necesitado de 22 largos años de mi vida (desde los 6 hasta los 28, aunque fuera el año 2019 [que yo los cumplo en Julio]) para poder reconocer que NO estaba bien [y, todo ello, consistía en impactar a la gente, hacer importante mi vida por encima de los demás cuando competía (sólo en esa ocasión, nada más, porque se reían de mí a la hora de jugar a algún deporte o juego de recreo), decirme a mí mismo que NO valía nada para la vida (cuando en realidad, desde hace algunos años, SÉ QUE NO ES ASÍ), darle vueltas al asunto del acoso escolar (que lo sufrí y mucho), casi llegar a cometer una locura (que, gracias al cielo y mi esfuerzo, NUNCA llegó y que, si hubiera pasado, NO habría podido conocer a gente tan maravillosa como Hotel Flamingo, Pablo Motos, Juan Luís Cano y Guillermo Fesser, o tú, entre un larguísimo etc…), mis desamores (que han sido fuertes y muy desafortunados, además de difíciles de acatar), entre otras cosas más].  Pero, antes de ganar la oscuridad, pudo la luz y, por ello, conseguí estar aquí.

Y, esa esperanza llegó cuando mi vida dio un giro de 180º, en la Semana Santa de 2019. En aquel momento, me lancé a la aventura que me empezó a abrir las puertas de un mundo desconocido, nuevo y mágico que estuvo lleno de paseos por nuevas zonas que estaban fuera de mi barrio, en otra parte. También conocí a nuevas personas, a nuevos cantautores, a nuevos compañeros (los cuales muchos de ellos son muy amigos míos), pude ver un tipo de cine distinto al que veía, disfrutar con algún que otro «Survival Zombie», escuchar vinilos de diferentes tipos de músicas, poder realizar megamixes, escribir 2 libros (que están en proceso), entre otras cosas interesantes y muy chulas.

Tú y yo somos supervivientes de toda esta vorágine y, por ello, sé que eres una gran luchadora y, sobre todo, eres una persona valiente a la que estoy empezando a admirar más por su valentía y valores internos.

Por ello, si en algún momento me necesitas para cualquier cosa o solo para hablar, aquí estaré.

Un amigo mío decía: «La humanidad ha olvidado ayudarse entre ellos. Por ello, debemos ayudarnos para recuperar esa chispa de valor y esperanza que hemos perdido en el tiempo». Suscribo palabra por palabra.

Lo dicho, Angie. Cuídate y aquí me tienes para lo que sea.